¿Por qué son así?

No lo soporto. De verdad que hay determinada gente con la que no puedo: esa gente que tiene tanto afán de protagonismo que hace lo que sea por ser el centro de atención allá donde esté. Pero lo que más me molesta de esa gente no es que sean y/o quieran ser centro de atención, porque hay quienes lo son simplemente por ser como son. Lo que no soporto es la gente que trata de serlo por medios que sólo pueden definirse como hipócritas, falsos e interesados. Y tienen muchos:
-Pregonar a los cuatro vientos lo maravillosos que son (según ellos, claro), hasta que consiguen que algunos de los que les escuchan se lo crean.
-Decirle a cada persona lo que saben que quiere oir y demostrar que son capaces de hacer todo aquello que saben que quienes les escuchan admiran en las personas.
-Pasarse la vida diciendo lo desgraciaditos que son, para que la gente se compadezca y esté continuamente pendiente de ellos. Deben creerse que los demás estamos siempre genial. Pues no, muchas veces no lo estamos (ni física ni psicológicamente), pero nuestros problemas nos los comemos nosotros solitos, sin intentar dar pena a los demás. Supongo que creerán que esa es la mejor manera de hacer amigos.
-…
Y hay quienes son capaces de hacer no sólo una de estas cosas sino todas ellas y lograr que quienes ellos pretenden caigan en sus redes. Y tienen todo tan estudiado (aunque siempre parezca espontáneo y natural) y lo hacen tan bien, que cuando consiguen engañar y convencer a alguien, muy pocas veces hay marcha atrás, porque quien ha caído y lo sufre en primera persona hay muchas cosas de las que no se da cuenta, pero a veces tampoco es capaz de aceptar que lo que les dicen desde fuera (que es desde donde se ven esas cosas de manera mucho más evidente y objetiva) pueda ser verdad, ya que darse cuenta de que quienes ellos creían de una manera no son así sino que es todo por interés sería un batacazo muy gordo. Y lo es. Es muy duro. Pero, personalmente, creo que merece la pena que a uno le abran los ojos, aunque duela, que vivir toda la vida engañados.

The End of the World - Vonda Shepard

Es una canción triste pero me gustó desde la primera vez que la escuché en Ally McBeal.

Suerte

El bajo es tu instrumento; eres tú.
Estoy segura de que serás un buen bajista.
Suerte.

Guaraná - Noche en Vela

Muchas noches...

Gritar...

...es lo único que me apetece hacer últimamente.

Animal Planet Sand Art

Sé que no es una foto real; simplemente, me gusta.

Rama Lama Ding Dong

(Rocky Sharpe and the Replays)

Esto es divertirse y pasárselo bien en un escenario.
No sé a quienes me recuerdan...

Topo Gigio

¿Quién no se acuerda de él?



Así empezaba:


Y así se despedía:

Invierno

Era invierno y a Álex siempre le había gustado el frío propio de esta época del año. Cuando era pequeña, le encantaba ponerse la bufanda y los guantes y pasar las horas jugando en la nieve, tal y como ahora hacían los niños que veía desde la ventana. Incluso de mayor, el invierno seguía siendo su época del año favorita. Pero aquella mañana, al mirar a la calle desde la ventana de su pequeño salón, había decidido que no iba a salir, iba a quedarse en casa todo el día y pasar la tarde leyendo aquel libro que había empezado y que había conseguido engancharla desde el primer momento en que lo abrió. Y eso era justo lo que había hecho: después de levantarse tarde, se había dado una ducha de agua caliente, puesto ropa cómoda y se había preparado algo ligero para comer. Al mediodía, había comido, echándole un vistazo al periódico y otro a Lucas, el viejo pastor alemán que había vivido siempre con ella, primero cuando aún vivía con sus padres y, después, siendo su único compañero de piso en los dos años que ya habían pasado desde que había decidido alquilar aquel pequeño ático para tener un poco de independencia. Después de comer, se preparó un termo de café, cogió su botella de agua, la manta de cuadros regalo de su abuela y su novela y se tumbó en el sofá, dejando un hueco a sus pies que él no tardó en ocupar, dispuestos a pasar así toda la tarde.

¡¡TE ODIO!!

Odio tu sonido cada mañana taladrándome la oreja, repitiéndome cada dos por tres que tengo que levantarme.
¡Jamás me acostumbraré!
¡Te odio!

Mi generación

Sólo los que pertenecemos a esa generación entendemos perfectamente
de lo que habla este anuncio.

Los Osos Amorosos

Siempre me gustaron.